En un ciberespacio copado de banners y estímulos publicitarios, el día a día para el usuario es un laberinto del que difícilmente se sale sin haber “caído” alguna que otra vez en este o aquel anuncio, bien porque la pop up de turno se despliega inadvertidamente, de forma autónoma, bien porque andábamos navegando muy cerca del banner y, sin querer, acabamos pinchando en el comercial que nos redirecciona al producto de forma inmediata.
Esta última situación, graciosamente conocida como “dedos gordos”, se da por ejemplo en el uso de aplicaciones para móviles, sobre todo las que se desarrollan para sistemas como Android que, al funcionar en código abierto, muchas de sus app vienen acompañadas de banners que apuntalan publicitariamente la misma. [Hace unos años un periódico se hacía eco de una supuesta noticia según la cual una persona llegó a operarse los pulgares, reduciendo sus dimensiones, para poder utilizar mejor su iPhone, aunque según parece no era más una noticia satírica, uno de esos hoax o bulos como los que hace a diario El Mundo Today].
Para tratar de evitar esa engorrosa dinámica de pulsar por cercanía en un banner o en un anuncio que realmente no estamos interesados en consumir o visualizar, Google ha puesto en funcionamiento un sistema de “Clics Confirmados” tratando de paliar los problemas de los “dedazos”, como podemos consultar en el blog oficial de Google.
Así, mediante este mecanismo, en caso de que el usuario haga clic en el borde exterior del anuncio, Google requerirá que se verifique que en realidad sí se quería clicar en él para acceder al contenido. Según este nuevo formato para el consumo de anuncios, al tocar en el botón que presenta una flecha azul en el mismo banner, éste nos direccionará directamente al anuncio, pero si clicamos en cualquier otra parte del anuncio que no sea ese botón azul, se nos pedirá que confirmemos el clic para redireccionarnos al contenido del anuncio.
La AITGT, o Asociación para la Integración Tecnológica de Guiñoles y Teleñecos, ha publicado una breve nota en la que agradece a Google la implementación de esta medida, por cuanto corrige y mejora el uso de los smartphones para ese colectivo, “cada vez –se dice en la misma– con mayor riesgo de exclusión tecnológica, dada la tendencia a la miniatura de ésta –y a las no menos intrincadas formas de publicidad de contacto por descuido”.