Los alumnos de esta universidad prefieren inventarse un puesto de trabajo que buscar un empleo, dice el rector de Harvard en la película La Red Social (2010).
En mayor o menor medida, todos o casi todos hemos oído hablar o tenemos noticia de grandes aplicaciones lucrativas como Apalabrados, Angry Birds o Instagram, modelos de emprendimiento a los que se invita desde los titulares e instancias más o menos políticas, dechados del do it yourself o el american way of life, una forma de autonomía empresarial que [al menos en su discurso] confía en la creatividad y el arrojo personal para desarrollar proyectos. Personalmente, considero esta actitud, con ciertos matices, como una de las lecciones que habrá de dejarnos la Crisis Rampante, sobre todo dentro del imaginario español, donde la tendencia laboral parece que invitaba al estancamiento asalariado y el “funcioneta” –cierto tipo parasitario de trabajador público, no todo funcionario–, trabajadores relegados a la mecánica de hacer siempre lo mismo sin otra aspiración creativa que acumular trienios, plusvalías, antigüedad, en detrimento del autónomo, que es como llamábamos aquí de toda la vida al emprendedor. Prevalecía lo autómata sobre lo autónomo.
La hostia de los Mercados nos ha vuelto más pobres, sobre todo a los occidentales que éramos medianos, fuera el imaginario de nuestro país afiliado a la filosofía de “Papá Estado”, o amara el my way de Sinatra y el [sedicente] Mundo Libre. El veneno, a menudo, es la dosis.
Y en esos equilibrios, la carestía del mundo tras el debut mundial de las subprime y los activos tóxicos, primas de riesgo y agencias de calificación, va haciendo también que la gente saque de sí la mejor cooperación que el capitalismo obstruye en la competitividad a ultranza. Con el tiempo veremos si era un cambio de ciclo o el eterno retorno de los miserables.
Mientras tanto, y sabiendo que ayudar no ocupa espacio, se puede ir pinchando en iniciativas solidarias como acabaconlacrisis.es, una web sin ánimo de lucro dedicada a la cooperación personal que trata de poner en contacto las necesidades y los problemas de unos, con las posibilidades y los dones de otros, un foro de oferta y demanda de capital humano, una cadena de favores. Me gusta lo que dice en sus credenciales: Una acción de personas para personas vía web. También dice que es un proyecto sin inclinación política, pero ahí quizás se equivoca –aunque entendemos lo que quiere decir–; como se equivocaron en tromba quienes, en los albores del 15M, aseguraban que todas esas personas salidas a las plazas eran apolíticas. La ayuda por la ayuda no carece de ideología, desde luego que no, hoy por hoy es incluso un acto revolucionario, del mismo modo que las luces de los focos revelan filantropía donde no hay más que limosnas del ego. ||| Fuente