Siguiendo con los teclados, estarían las disposiciones alternativas que reorganizan por completo el crucigrama del teclado en aras de la ergonomía, como el teclado Dvorak o Colemak, cuyas organizaciones se orientan a evitar problemas musculares.
Teclado Dvorak:
Esta distribución, conocida también como teclado simplificado Dvorak, data de 1936. Debe su nombre al profesor August Dvorak de la Universidad de Washington, que fue quien la patentó. Esta es probablemente la alternativa más clásica y conocida al todopoderoso Qwerty, y aunque generalmente la incluyen todos los sistemas operativos, apenas se usa.
Una vez solventados los principales problemas funcionales a través del teclado Qwerty, el teclado Dvorak buscaba aumentar la eficiencia y mejorar el tecleo a partir del análisis de la fisiología de la mano y la frecuencia de las letras. Se trataba ergonomizar el teclado para conseguir velocidad de escritura a la vez que una reducción del esfuerzo manual, evitando tendinitis u otras dolencias derivadas de los movimientos y la tensión de los dedos durante la mecanografía.
Para ello, se colocaron las letras de uso más común en la fila central, donde reposan las manos, con las consonantes más habituales en el lado derecho y las cinco vocales en el izquierdo. A su vez, las letras menos comunes estaban en la fila inferior, y prácticamente todo el trabajo descansaba en la mano derecha (los diestros suelen ser mayoría a efectos de mercado). Así su diseño equilibraba la carga de tecleo entre ambas manos y no exigía tanto recorrido de los dedos.
Es difícil adaptarse a esta disposición si se viene del Qwerty, porque 33 teclas cambian de lugar y 22 de mano, lo que exige una nueva sistematización práctica. Quizás eso hace que sea poco atractivo, aun cuando pudiera mejorar nuestra salud muscular. Anecdóticamente, el teclado Dvorak, en manos de una mujer, Bárbara Blackburn, obtuvo en 1985 el record mundial de velocidad en mecanografía. Desde 2010 parece que está en manos de Sean Wrona, con disposición Qwerty para lengua inglesa.
Ultimate Typing Championship Final 2010:
Teclado Colemak:
Su diseño fue idea de Shai Colemak, y lo presentó en el año 2006 como modelo especialmente pensado para la lengua inglesa. Como el Dvorak, trata de mejorar la velocidad y reducir o prevenir dolencias como el síndrome del túnel carpiano, causado por movimientos repetitivos y duraderos en posiciones incómodas o difíciles. A diferencia del Dvorak, este sistema solo cambia de lugar 17 teclas y únicamente 2 de mano con respecto al popular Qwerty, lo que haría más fácil la transición de uno a otro modelo.
Teclado KALQ:
Aunque no es un teclado al uso, físico, sino que es más bien una interfaz pensada para dispositivos móviles, desde hace unos años existe un nuevo diseño de panel de escritura denominado KALQ, desarrollado por investigadores del St. Andrews, El Instituto Max Planck y Montana Tech para escribir más rápido con los pulgares.
La distribución de los caracteres responde a intrincados análisis estadísticos sobre cómo se sujeta el dispositivo/teclado con las manos, las letras alternadas en las palabras más habituales y la distancia óptima (mínima) que deben recorrer los dedos. Como consecuencia, obtenemos una disposición con consonantes a la izquierda y vocales (y alguna consonante) a la derecha, además de una tecla espacio en ambos laterales.
KALQ podría mejorar un 10% en cuanto a la velocidad de escritura en Qwerty, dado que la media en un teclado tradicional es de 20-33 palabras por minuto, y KALQ podría llegar a las 37palabras/min, con un 5% de errores. Para descargar una versión beta para Android, aquí.
Teclado SafeType:
Se trata de un diseño extremo de ergonomía que incorpora espejos retrovisores y paneles verticales. Parece algo parecido a tocar el acordeón, y viene a costar casi como el instrumento: entre 200 y 300 euros.