Apple pierde contra Samsung porque mola más.

En esa especie de cuña comercial ininterrumpida que es el mercado tecnológico y sus litigios internacionales, Apple acaba de perder una batallita de patentes. Pero el ego de su diseño sale airoso.

El juez Colin Birss, del Alto Tribunal de Inglaterra y Gales, ha fallado a favor de la multinacional Samsung en una querella interpuesta por la empresa del difunto Jobs (Apple), en la que ésta acusaba a Samsung de haber plagiado el diseño del iPad para sus tabletas Galaxy.

 

El magistrado británico sostiene que el diseño de las Galaxy Tab está lo suficientemente diferenciado del registrado por Apple, argumentando que “los consumidores no se van a confundir entre un modelo y otro”. Rizando el rizo, en un elogio quizás inconsciente, quizás pecado de concupiscencia –ya se sabe del sentimiento trascendente de esta tecnología– , el juez ha apostillado una sentencia exculpatoria que me hace pensar en Tarantino: …the GT do not have the same understated and extreme simplicity which is possessed by the Apple design,” Birss said. “They are not as cool.” Fundido en gris. Oh, sí! Así te queremos! Sobria y extrema interfaz intuitiva.

 

No obstante, la penitencia del ajusticiado Apple será incrustar, durante seis meses, una advertencia en una su web británica donde se explicite que Samsung no copió al iPad, así como incorporar esos avisos a la publicidad que aparezca en periódicos y revistas del Reino Unido. Pierdo, pero soy más guapo.

 

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