A raíz de ese movimiento social que ha dado en llamarse en España 15M, han surgido, o aflorado a la superficie, ciertas maneras de trabajar en equipo que aprovechan las cualidades de unos y otros mejorando el conjunto. Pienso, por ejemplo, en los bancos de tiempo, donde uno cede su “tiempo libre” para realizar tareas para el grupo. Y leyendo recientemente un artículo sobre tecnología me ha parecido una analogía curiosa.
Parece que desde mediados de los 90 se venían desarrollando algunos proyectos que trataban de aunar en una arquitectura de computación distribuida la mayor cantidad de ordenadores, de manera que la capacidad de procesamiento (en estado de reposo o desuso) de estos pecés sirviera a fines científicos, y cuyo boom inauguró SETI@home, que trataba de aprovechar esos ciclos de la CPU “despreciados” para encontrar vida extraterrestre. Más tarde, las aplicaciones de ese “rendimiento al ralentí en red” se diversificaron, desde la búsqueda astronómica de púlsares o agujeros negros hasta la medicina (investigación en la malaria o el Alzheimer).
En esa órbita, siendo satélite principal, surgía BOINC (Infraestructura Abierta de Berkeley para la Computación en Red), una plataforma de código abierto que permite a voluntarios de todo el mundo ceder el tiempo de inactividad de sus ordenadores. Lo importante es recordar a los usuarios que los ciclos de la CPU que no usan pueden ayudar a los científicos a realizar hazañas, advierte David Anderson, desarrollador e impulsor de la plataforma.
Hoy por hoy, esa red, que llegó a tener 1 millón de “CPUs solidarias”, se ha visto reducida a unas 400 mil, entre otras razones por la explosión del uso de móviles y tabletas, con unas estadísticas que estiman unos 3.200 millones de personas con móvil. Así que en este nuevo orden de cosas, la idea de Anderson para estimular esa “solidaridad tecnológica” es volcar ese “rendimiento de standby” a las CPUs de smartphones y tablets, de modo que aunque fuera un pequeño porcentaje de éstos quienes se “solidarizasen”, la capacidad de procesamiento de datos sería estratosférica. Además, supuestamente esa cesión no acarrearía repercusión ni en la batería de los terminales ni en las facturas. Para una información más completa, aquí.