El primer “aparato” diseñado para realizar cálculos y del que se tiene constancia data del tercer milenio antes de Cristo. Dicho aparato se denomina ábaco y ya era capaz de contar y almacenar datos. El ábaco está formado por varios ejes y en cada uno de ellos se encuentran 9 cuentas o fichas. A cada eje se le asigna un rango de valores de tal manera que uno de los ejes representará las unidades, el siguiente las decenas, el siguiente las centenas y así sucesivamente. Luego, en cada eje, se sitúan en un extremo tantas cuentas como unidades de ese eje se quieran representar.
En la figura siguiente aparece un dibujo del ábaco representando el número 876 (8 cuentas en el eje de las centenas, 7 en el eje de las decenas y 6 cuentas en el eje de las unidades):
Resulta interesante que no sólo es posible almacenar datos (es decir, ya sería como un sistema de memoria muy rudimentario), sino que además puede hacer operaciones sencillas con ellos. Por ejemplo, si tenemos almacenada una cantidad en el ábaco y queremos sumarle otro valor, habría que ir incrementando las cuentas en la zona de representación teniendo presente que cuando se hayan alcanzado 9 cuentas en uno de los ejes, habrá que incrementarle una cuenta al que le sigue y eliminar todas las cuentas del eje que se encontraba completo (es el paso, por ejemplo, del 9 al 10).
Siglos después, aparecieron calculadoras mecánicas basadas en engranajes y capaces de realizar operaciones matemáticas elementales. Todos estos dispositivos fueron evolucionando hasta que en 1890 Herman Hollerith creó una máquina para realizar el censo de Estados Unidos. Esta máquina utilizaba un sistema electrónico para leer tarjetas perforadas y así introducir los datos en la máquina, y un sistema mecánico para realizar los cálculos. Hollerith creó su propia empresa pero, ante problemas económicos, vendió la patente de su máquina a otra empresa denominada CTR. Más tarde, T. J. Watson, comercial de CTR, crea en 1924 su propia compañía a la que denominó Internacional Business Machine, más popularmente conocida como IBM. Acababa de nacer el que ahora se denomina gigante azul y comenzaba la época de los ordenadores.
La aparición y evolución de la electrónica ha sido y es fundamental en la evolución de la informática y, por lo tanto, de los ordenadores. Así, los grandes avances surgidos en la electrónica, han condicionado de forma decisiva los avances en el terreno de la informática. Estos avances han marcado una serie de hitos que han dividido la historia de la computación en diferentes etapas, cada una de las cuales ha tenido como protagonista principal a un componente electrónico cada vez más pequeño, más rápido, con menos consumo,…que ha permitido crear máquinas más avanzadas.
Según lo anterior, los ordenadores que han ido apareciendo desde los años cuarenta hasta la actualidad se han agrupado en cinco generaciones que se diferencian por la tecnología y la arquitectura de sus componentes.
…