Hace poco se conmemoraba el 20 aniversario del SMS, el sistema de mensaje corto que en buena medida afianzó el uso del teléfono móvil y llegó incluso a revolver el lenguaje con su dinámica y su jerga. Resultaría sintomático [y premonitorio] que fuera un “Feliz Navidad” el primer sms enviado, ya que precisamente en esas fechas los servidores de telefonía móvil se ven desbordados hasta el colapso ante la inmensidad de felicitantes y felicitados.
Se dice que los móviles volvieron marginales las cabinas de teléfono, hicieron de ellas puros dinosaurios, vegetación antigua; algo parecido han hecho con los sms los servicios de mensajería instantánea tipo Whatsapp, facilitando el envío de mensajes a través de IP y no sobre la línea telefónica (a través de la conexión a Internet del teléfono móvil, “red de datos”).
La hegemonía de Whatsapp, pese a sus grietas de seguridad, es incontestable (decía no sé qué Lope del vulgo); sin embargo, Line, una plataforma similar pero potencialmente más interesante, nacida de las necesidades comunicativas durante el terremoto de 2011 en Japón, arrima el ascua a su sardina entre el exotismo de sus Stickers y las llamadas de voz gratuitas.
Line es una aplicación de mensajería instantánea y VoIP, lo que quiere decir –y esto es quizás uno de los mejores activos de la aplicación– que permite llamadas de voz a través de Internet (IP), similar a lo que sucede con los mensajes. Incluso, desde el 7 de diciembre, la aplicación permite también realizar videollamadas, de forma similar al Skype, y según comentan algunos usuarios, con mejor calidad que éste.
Está disponible en descarga gratuita y multiplataforma, no sólo en dispositivos móviles (iPhone, Android, Windows Phone, Blackberry) sino también para ordenadores (PC Windows o Mac OS). Otro de sus atractivos más “visuales” es su servicio de Stickers, pegatinas, un conjunto de dibujos con estética manga que hacen las veces de emoticonos. Line incorpora gratuitamente unas 200 pegatinas, pudiendo comprarse en la tienda online que integra la aplicación paquetes de pegatinas por 1,79 euros.
Además de estos dos reclamos (las llamadas de voz por IP y “lo divertido” de sus pegatinas y su “comunicación enriquecida”), Line incluye funcionalidades de redes sociales, como el timeline o muro en el que, a modo de Twitter, podremos ir publicando y siguiendo las actualizaciones de los contactos, la creación de grupos de chat, o la presencia de “cuentas de famosos”.
También pueden mencionarse las aplicaciones complementarias que se ensamblan con la propia plataforma: LINE Camera (iPhone y Android), una app para hacer y retocar fotos con filtros y pegatinas; LINE Card (iPhone y Android), conjunto de postales con dibujos manga para felicitaciones; LINE Brush (sólo iPhone), un lienzo para dibujar con el dedo; LINE Tools (kit de fantásticas utilidades: linterna, regla, brújula, medidor de ruido…).
And the last but no least, la seguridad en Line parece más cuidada que en Whatsapp, ya que los mensajes parecen ir encriptados, lo que reduce la exposición de los mismos en caso de ser interceptados. Con 85 millones de usuarios logrados en poco más de un año, Line parece posicionarse como principal alternativa a Whatsapp.
Uno de los talones de Aquiles, por el momento, es el consumo de batería, supuestamente normal para la cantidad de posibilidades que ofrece, pero bastante considerable para el pragmatismo de los usuarios. Veremos si el vulgo (tú, yo, nuestros contactos, eso que Thatcher decía que no existía) se acaba decantando por esta enésima plataforma al abordaje de la comunicación móvil –no hay que olvidar que el que da primero, da dos veces… y eso lleva de ventaja guásap. ||| Fuente.