Loving Vincent: 90 minutos de cine al óleo

Ya sabéis que por aquí nos gusta traer de vez cuando alguna cosita que, aunque no estrictamente de índole informática, sí emparentada con la tecnología y las posibilidades que ésta ofrece, pues en gran medida parte de esas potencialidades se asientan en el desarrollo de la computerización y el tratamiento automático de la información (de cuyo despiece y reensamblado morfológico surge el acrónimo informática).

 

Hoy es el caso de una peculiar película de animación, Loving Vincent –de estreno en salas a principios del 2018–, la primera del mundo creada íntegramente con pinturas ‘reales’: cada fotograma es un dibujo al óleo al que se le han aplicado después capas de animación generadas por ordenador para dar fluidez a las imágenes. Aunque el proyecto nació con la idea de convertirse en un corto, tras más de 10 años de desarrollo creativo, todo ha cuajado en un largometraje de hora y media de duración sobre la vida (y especialmente la muerte) del conocido pintor postimpresionista Vincent Van Gogh. Aunque no es la primera película sobre este artista (baste recordar, entre alguna otra, la clásica versión cinematográfica de finales de los 50 dirigida por su tocayo Minnelli e interpretada por Kirk Douglas: El loco del pelo rojo), ni posee –según apuntan algunas críticas del proyecto– un guión excepcional, sí se trata de una obra especialmente innovadora en lo que a concepción, desarrollo y ejecución se refiere. Pura visualidad.

[VÍDEO Trailer español Loving Vincent (2017, Dorotea Kobiela)

Partiendo de los cuadros pintados al óleo por Van Gogh durante el último tercio del siglo XIX, a modo de escenarios cinematográficos reproducidos físicamente para ambientar la acción, y con la colaboración de más de un centenar de pintores profesionales que, una vez filmadas las escenas con personajes de carne y hueso, recreaban de nuevo al óleo las tomas para producir posteriormente una animación a la maniera del universo plástico de Van Gogh, Dorotea Kobiela y Hugh Welchman, directora y productor del proyecto, han creado un deslumbrante biopic de animación en el cual cada fotograma casi vendría a ser un cuadro. La peculiar naturaleza de la obra, que ha implicado un auténtico tour de forcé en múltiples aspectos, hizo necesario desarrollar un particular método de trabajo con unos exclusivos pupitres para cada pintor, que denominaron Painting Animation Work Stations (PAWS).

 

[VÍDEO Making of Loving Vincent [inglés], BBC la primera película del mundo completamente pintada

Así, partiendo de la necesidad de mantener unas condiciones de luz idénticas para todos y cada uno de los artistas, en pos de la uniformidad plástica del metraje, cada uno de esos pupitres contaba con dos lámparas, una pantalla difusora y un proyector, donde superponer los cuadros del pintor sobre el lienzo en blanco que terminaría transformándose en el fotograma definitivo.

 

[VÍDEO Making of [español]: Loving Vincent (2017), Euromaxx]

La película fue presentada en el prestigioso Festival de Cine de Animación de Annecy en 2017, y galardonada con el premio a Mejor Película Animada en la 30ª edición de los Premios del Cine Europeo en Berlín. Si visualmente el film se despliega a partir de los propios cuadros del artista, podríamos decir que argumentalmente se apoya en la conocida correspondencia que él mismo dejó escrita (más de 800 cartas, sobre todo a su hermano Theo), para tratar de esclarecer las razones de su suicidio.

De hecho, la historia se articula al modo de una película de suspense, rollo noir, poniendo en cuestión que la muerte de Van Gogh en 1890 fuera realmente un suicidio (algo que sostienen desde hace un tiempo algunos historiadores), y todo narrado a través de tres personajes y en clave retrospectiva: el protagonista Armand Roulin (Douglas Booth) recibe de su padre –el cartero Joseph Roulin (Chris O’Dowd)– el encargo de entregar en mano una carta al hermano de su amigo el pintor Van Gogh, Theo (en paradero desconocido), embarcándose así en un viaje que llevará al protagonista hasta Marguerite Gachet (Saoirse Ronan), la hija del médico personal y amigo de Van Gogh, quien llegó incluso a posar para el artista.

Como bola extra del post, os dejamos un corto [Pedro  y el lobo (2007), escrito y dirigido por Suzie Templeton], que recibió el Óscar a Mejor Cortometraje de Animación en 2008, y cuyo productor era el mismo ue el de esta película, Hugh Welchman.

[VÍDEO Peter & the wolf (2006), Suzie Templeton]

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