Acaban de inaugurarse los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El logo de Audi +1 ya circula por cada rincón del planeta a través de satélites, fibra óptica y desfasadas señales analógicas. Decenas de deportes retransmitidos para el común de los mortales pastoreado por las nuevas tecnologías. Sacrificio, esfuerzo y superación es el mensaje unánime de los gobiernos… Aplicaciones ya en descarga; porque la vida puede ser maravillosa.
En algún lugar de la antigua Persia, un gusano de seda informático desbarata la red interna de una instalación nuclear haciendo sonar en mitad de la noche y a todo volumen lo que llamaríamos una reproducción aleatoria de música. El mail de uno de los científicos internos del complejo decía que sonaba Thunderstruck de AC/DC en las instalaciones. El receptor y difusor de este correo, literalmente, no sabía que pensar al respecto. Podría decirse que el título de la canción era su estado. Pienso en el programador del malware diseñando la banda sonora del ataque, Francis Ford Coppola entre The End y la Cabalgata de las valquirias.
He leído algo así como que el último Batman de Christopher Nolan tiene demasiada música, “momentos sonoros”, pero que en conjunto funciona. La entrada del “guerrillero” en Wall Street; la demolición del estadio durante el touchdown para dirigirse a las masas. Jordi Carrión anota en su muro cuatro planos de intersección entre Los Vengadores de Whedeon y este Batman III de Nolan. El segundo de ellos dice: 2) Una fuente de energía alternativa e ilimitada en el centro de su trama (la gran obsesión de USA en el s. XXI: no depender de Oriente Medio).
“The New York Times” -quizás fuera el “Daily Planet”- hablaba de una operación gubernamental de ciberataques contra Irán cuyo nombre en clave parecía ser “Olympic Games”. Precisamente, antes de este último sabotaje con banda sonora, el virus Flame ya perseguía entorpecer el programa nuclear iraní. La llama olímpica alrededor del mundo, tierra quemada.
¿Recuerdas cuando retiraron aquella animación del logo de estos Juegos porque producía ataques epilépticos? Se me viene a la cabeza aquel poema de Vilas, Walk On The Wild Side.||| Fuente