En ese mundo conejil de las aplicaciones (por lo que a su reproducción o multiplicación se refiere), recientemente ha aparecido una nueva app para Twitter, StatusPeople, que permite conocer cuántos de los seguidores [de un usuario de esta red] resultan ser falsos. Por falsos se refiere a que el software de la app distingue entre cuentas falsas, cuentas inactivas y aquellas otras que realmente pertenecen a una persona o a una marca.
Su uso es la mar de simple, basta con conectarse con la cuenta propia de Twitter y conceder permiso a la aplicación para que rastree nuestro rebaño. Segundos más tarde comprobaremos el porcentaje de impostores que nos bailan el agua.
Pero no sólo de nuestra cuenta puede informarnos el artilugio. Con introducir el nombre de usuario de quien nos venga en gana, sabremos también los fantasmas que merodean ese ego. Lady Gaga, por ejemplo, de entre las once mil vírgenes que la siguen (29 millones de arrobitas gregarias), el 32% son cuentas falsas y un 41% inactivas; Justin Bieber, con 27 millones, comparte los porcentajes (31% son falsificaciones y un 41% entes comatosos o inactivos).
La información está tomada de una breve nota de prensa, o algo parecido. No consta firma del autor, únicamente la abstracción icónica de las siglas del periódico, la ciudad, la fecha, y un puñado de etiquetas. Me pregunto si ilustrar la superficialidad del gregarismo virtual con dos iconos de la intrascendencia musical es una especie de ejercicio conceptista o el vano ensañamiento de un periodista condenado a galeradas estúpidas. Aquí estoy, no obstante, remando contigo. Camarada.
