Origami es una palabrita nipona que más o menos literalmente se traduciría como ‘doblar papel’. Casi seguro que cualquiera ha oído el término en alguna ocasión, ya sea en películas, libros o en la programación del centro cívico de nuestro barrio. En todo caso, si no por su término japonés, por su equivalente más genérico en español: ‘papiroflexia’. Más raro sería que hubiéramos oído hablar de cocotología, que no es la ciencia de abrir esas frutas tropicales, sino otra forma de referirse a ese mismo arte o técnica de plegado de papel manual para crear figuras que podríamos llamar esculturas en papel. Si uno ha visto Blade Runner, es casi inevitable que acuda a la cabeza alguna secuencia.
Acaso inspirado por esos juegos de metamorfosis con celulosa, tamizados ahora a través de la tecnología electrónica, y aplicado a estructuras de reducido tamaño, donde la maleabilidad y flexibilidad de los materiales es mucho más reducida, surge el proyecto Prime (desarrollado por el MIT): un pequeño robot que puede ir transformándose a partir de exoesqueletos que se pliegan al calentarse. Así, desde una estructura básica, y controlado mediante imanes, el pequeño robot podría ir mutando para realizar distintos cometidos, desde transportar algo, flotar en el agua o planear. Como un superhéroe que cambia de piel y habilidades.
Un Camaro amarillo y negro mutaba y se convertía en Bumblebee dentro del universo Transformers. Por el momento, a este lado de la realidad, y menos espectaculares pero igual de ingeniosos, quizás seamos capaces de que un dado de parchís se convierta en un bote salvavidas. O para encontrar personas atrapadas en derrumbamientos y desgracias similares.
Proyecto robot Primer:
Los exoesqueletos comienzan siendo unas láminas de plástico planas, que cuando se calientan se doblan reproduciendo la forma deseada. Los diferentes exoesqueletos pueden darle diferentes habilidades. En el video podemos ver cómo Primer se coloca en un segundo exoesqueleto para moverse más rápido y llevar cosas. Primer puede despojarse de sus exoesqueletos introduciéndose en el agua, la cual los disuelve.