Parece cosa del pasado pero los infrarrojos han estado ahí durante mucho tiempo y parece que todavía no han muerto. Es impresionante recordar las transmisiones entre móviles por IR donde teníamos que enfrontar esos cristales rojos para transferir un archivo a velocidades muy lentas y, aun así, todos queríamos tener infrarrojos para compartir archivos (generalmente tonos y melodías).
Años después llegó el Bluetooth y cambió por completo el panorama, desde este momento pudimos empezar a separarlos físicamente y a día de hoy se envían a velocidades realmente asombrosas. Muchos creían que los IR estaban destinados al mando de la TV pero nos hemos dado cuenta de que algo ha cambiado, han vuelto y lo hacen a una velocidad 6 veces superior a la transferencia de USB 2.0.
Gracias a un Instituto alemán han vuelto a cobrar importancia. Los técnicos de Microsistemas Fotónicos han intentado, durante mucho tiempo, convertir los infrarrojos en algo mucho más rápido. Estamos hablando de una transferencia de 1Gb por segundo (casi 50 veces más rápido que el WiFi y casi 1500 más que el Bluetooth).
Esta tecnología esta basada en emisores y recepetores laser de pequeño tamaño que podrían instalarse fácilmente en los móviles para que compartir un vídeo en HD fuese una tarea que durase segundos. El problema principal es el de siempre, tenemos que enfrentar los dispositivos. Fuente: Instituto Fraunhofer